Comienzo esta líneas con esta inquietud. Son mis hijos felices?, Que es la felicidad?. Investigo un poco y consigo que la
realidad más esencial de la especie humana, el sentimiento más intimo y
universal es el amor de los padres por sus hijos. E identificándose con este
amor, se halla el deseo de felicidad que por éstos sienten sus padres. Y es que
nuestra fe Cristiana nos dice, que tanto amo Dios a los hombres, que envió a Jesús
(su hijo bien amado), para revelarnos su amor, su deseo de que lo amaramos, y
enseñarnos que la felicidad del hombre esta enraizada en el amar y el servir.
Y
entonces yo me pregunto, amo y sirvo a mis hijos, de tal manera que ellos
puedan aprender a amar y servir, a sus semejantes, entre ellos a su Padres?, Y
me surge una nueva interrogante Educo a mis Hijos para que sean felices?,
Educación y felicidad van de la mano?, Dónde y quien me puede ayudar a aprender
a educar a mis hijos, para la
felicidad?, Será esto tan importante como para que lo tome en serio?, Prefiero
dejarle la educación al tiempo, o en manos de esta sociedad, que cada vez se
deteriora mas, que nos hace creer que somos más “libres”, y en realidad somos
esclavos de las marcas, de los prejuicios, de nuestra apariencia, de la
posición social o política, de las piedras, de las energías del cosmos, de las
terapias, de los inciensos, de las calabazas ( y que rica es una crema de calabaza con quesito blando, o no!), de las “influencias malignas”, de la pornografía,
del narcisismo?. NO! NO! Y NO!, quiero que sean
libres y felices.
La
educación y la felicidad son dos conceptos que en el hogar deberían ir juntos.
En el hogar deberíamos contar y conocer, con
principios básicos, normas fáciles y elementales para educar a nuestros
hijos para la felicidad.
Quisiera
que surja en los padres un interés grande (que nunca será suficiente) por la
educación de sus hijos, por los medios a utilizar, y por mantener constancia,
necesaria para realizar con éxito ese sagrado deber. Estando consciente de que
no estamos aislados del mundo, seria mucho más fácil contar con un grupo de
padres, con el mismo interés y que se apoyen mutuamente en esta labor,
aprendiendo y compartiendo vivencias, de los fracasos y progresos, que en
materia de educación y felicidad, cada uno tenga con sus hijos, conociendo que
la realidad de cada persona es distinta y que muchas veces las situaciones no
se manejan de la misma manera, pero con un apoyo desinteresado entre estos, tal
vez, se puedan obtener resultados muy, pero muy buenos.
Y
como empezar, quisiera que los padres se hagan con frecuencia esta
pregunta:¿Son mis hijos buenos cumplidores de su deber, son felices?.
Así
como el maestro aprende efectivamente al enseñar, así los padres aprenderán a
ser buenos padres al tratar a sus hijos. Porque lamentablemente, muchas veces
no conocemos a nuestros hijos, por que se nos ha olvidado que la
responsabilidad de educar es del que lo trae al mundo, y no del estado, ni del
colegio, ni dela sociedad, o vaya a saber quien los educa¡.
¿Qué
es un niño? Un tesoro vivo, que Dios ha dado y del cual tenemos que responder:
su cuerpo y su alma, es un ser con facultades, de un potencial casi infinito, a
imagen y semejanza de Dios, cada uno con dones y capacidades distintas, que
debemos esforzarnos por desarrollar.
Y
para el futuro... una, muchas incógnitas: rico o pobre, sabio o ignorante,
bueno o malvado etc. Pero sobre todas, ésta: ¿serán felices nuestros hijos?
Quisiera
utilizar este fabuloso espacio, para
invitar y hacer conocer a muchos padres, que como mi esposa y yo, tenemos que
lidiar y batallar con la educación de nuestros maravillosos hijos, que existe
un instituto, que desarrolla esta actividad para docentes y padres de familia,
se llama Instituto Panamericano de Estudios de Familia (IPEF).
Ing. Vincenzo Fusco Sparacino (Papá)
PALABRAS CLAVES: EDUCAR, PADRES, FAMILIA, NÚCLEO, EDUCADOR, HIJO, JOVEN, ENSEÑANZA, EJEMPLO
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