No hay justificación para que alguien se sienta “mejor” o superior a otro. Cualquier tipo de acoso es malo. Todo acto de desprecio, de humillación, de superioridad conlleva a la violencia. Desde la infancia debemos de promover el respeto al ser humano (por raza, color, religión, discapacidad, ideología, preferencias, cultura, condición económica, condición política…..) y a la vida, desde la infancia debemos vivir el trato equitativo (amor al prójimo). La violencia atrae pensamientos de odio y actitudes que afectan a todos.
Muchos niños y adolescentes sufren
violencia verbal y física incluyendo la indiferencia de un adulto como avalando
el acto de violencia, muchos niños no saben cómo defenderse, ni cómo actuar y
menos los derechos que los asisten. Es en su “segundo hogar”, por lo general:
la escuela en donde muchos niños sufren acoso escolar o “bullying“.
El bullying se refiere a
cualquier maltrato psicológico, verbal o físico entre los mismos estudiantes,
donde muchas veces detrás existe la complicidad de adultos. Este acoso se
repite de forma constante y el afectado puede sufrir trastornos emocionales,
desconfianza, stress, temor y su nivel académico decae.
Este flagelo que viven algunos
niños y adolescentes también se extiende a las redes sociales, donde peor aún,
el que maltrata encuentra una manera de atacar a su víctima con más violencia y
muchas veces con otra identidad.
El bullying es un problema muy
serio, que necesita de atención inmediata para ayudar al maltratado/a en
recuperar la confianza en sí mismo. Toda niño y adolescente debe saber cómo
denunciar si es víctima de cualquier tipo de acoso, sobre todo los niños.
Si tu hijo cuenta con perfil en alguna red social oriéntalo
en conocer la manera de protegerse al momento de ser objeto de algún mensaje,
foto o vídeo ofensivo, bloqueando y denunciando al agresor. Además, debe saber
cómo eliminar o bloquear a cualquier contacto. Y nunca está de más, advertir
que debes ser amigo y tener buena relación con tu hijo o hija, y monitorear sin
molestar las actividades de tus hijos.
Por cuanto es importante el tema
de seguridad personal y de derechos humanos. Debemos dialogar y educar a
nuestros niños, dando consejos y orientaciones para que sepan qué hacer ante
cualquier situación de violencia o acoso que puedan sufrir. Tienen el derecho
de conocer sus derechos.
Nuestros hijos tienen porque tú se
lo has hecho saber, que siempre habrá alguien que defienda y comprenda sus derechos. Ellos deben saber que
el bullying es un acto de cobardía e inhumano.
Si son víctimas de bullying, no
permitas que su infancia o juventud sea un recuerdo traumático. Ayúdalo a ser
feliz.
Pero sin ellos los que acosan, no
permitas que esa violencia y prepotencia crezcan. Oriéntalo y busca la raíz de
este comportamiento, tal vez hayas fallado tú, pero nunca es tarde para
rectificar y ayudarlo a seguir el camino de la paz y la felicidad.
Por mi experiencia, no es fácil detectar
el acoso porque la víctima suele sufrir este acoso en silencio, y lo sufre
porque hemos fallado en hacer que nuestros hijos confíen en nosotros y no exista
buena comunicación, por eso es muy importante el trato, cariño, juego,
estimulo, dialogo diario con tus hijos. Analiza sus comportamientos y actitudes.
Muchas veces ellos nos necesitan y muchas veces queremos creer que no nos
necesitan.
Existen diferentes tipos de maltratos.
Puede que tu hijo lo sufra y tu no lo sepas, pero es importante, que lo
entiendas:
El físico. Cuando entre
compañeros se golpean y agreden. Cuando destruyen, rompen o lanzan cosas
personales de la víctima.
El verbal. Cuando sufren humillaciones,
insultos, menosprecios en público, llamadas telefónicas ofensivas y propagan de
rumores falsos. Este tipo de maltrato es el más común y la autoestima de la
víctima se ve muchas veces seriamente afectada.
El psicológico. Cuando la víctima
sufre de constantes amenazas que lo obligan a hacer cosas que no quiere ni debe
hacer.
EL social. Cuando existe exclusión por cualquier motivo
de un grupo de compañeros, propiciado por uno o varios. A través de las redes
sociales también la víctima sufre de constantes humillaciones o exclusiones.
Nuestros hijos y tu como padre o
madre deben reconocer cualquiera de los maltratos anteriores y saber que ningún
tipo de maltrato tiene razón de ser.
El acoso escolar no es nada
nuevo, tu y yo, en nuestra infancia presenciamos o vivimos de cerca este tipo
de acoso, y que muchas veces ignorábamos el daño que sufrían o sufríamos si
fuimos acosados. Por lo tanto, liberemos a nuestros hijos, educándolos para la
felicidad, el amor y la paz.
Como podemos detectar si nuestros
hijos son afectados y no lo comunican:
Su comportamiento tímido y poco
social, va creciendo, se va aislando. Se les ve intranquilo, afligido,
desesperado, no es normal. Se muestran agresivos, distantes, esquivos con sus
padres y núcleo familiar. Muchas excusas para no ir a la escuela. Su
rendimiento escolar puede caer, pero no es condición. Sus cosas personales se
notan deterioradas, golpeadas o se pierden. Piden dinero o notas que te hace
falta dinero, muchas veces el que acosa lo hace para extorsionar. Puede que
tenga moretones o maltratos como de pelea. Estas son algunas de las situaciones
o acciones que puede estar sucediendo y no lo relacionemos con bullying.
Estos niños o adolescentes
realmente sufren, y sus vidas son un infierno, causadas por otros mal
orientados y educados, los cuales también deben ser objeto de atención, corrigiendo
y enseñándoles lo grave de su mala conducta. Al no ser feliz, el temor por
vivir a diario este flagelo, puede llevarlo a pensamientos suicidas. No subestimes el tema del acoso escolar.
Si todos comenzamos por educar a nuestros hijos y sus compañeros, poco a poco
el circulo se ampliará y entonces viviremos juntos la justicia, la diversidad
con inclusión, la paz y la felicidad que todos pretendemos en nuestro mundo.
Recuerda que el acoso escolar se
oculta, pasa desapercibido porque la mayoría de las veces solo ha tenido a 3
participantes: el acosado, el hostigador y el testigo. Entre ellos quedan las
muchas situaciones de bullying, es claro entender que los padres de familia,
los familiares y los educadores tienen que proponer campañas para el desarrollo
humano con inclusión y proponer medidas de corrección.
Los buenos ciudadanos nacen en el
hogar, en la familia, los buenos valores y la madurez de nuestros hijos también,
pero también muchas veces el bullying y los anti-valores también, por falta de orientación
y verdadero AMOR a nuestros hijos y alumnos, así que la tarea que nos toca es
esta, formar, educar y educarnos.
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