Es cuando la enseñanza en la
escuela y en el hogar, se parecen, pero presentan ciertas diferencias, por ser
de origen distinto, por no darse al mismo tiempo o porque no se complementan. Aunque ambas enseñanzas contengan un mensaje
positivo que influya positivamente en el niño o joven.
Constituyen caminos equidistantes
o paralelos, van cercas unas de otras, pero no llegan a fundirse en la persona, esto es porque no llevan la finalidad de educar; solo cumplen, de manera
confusa e imprecisa, con una obligación que se debe enseñar.
Esto sucede mucho cuando se
intenta enseñar el respeto, la obediencia, la disciplina, la responsabilidad,
la solidaridad, la puntualidad etc., la educación se reduce a fórmulas
correctivas, sin ejemplo, corriendo el riesgo que el niño o el joven no
comprenda su utilidad para la vida, estas pasan junto al individuo pero no
penetran en el porque les falta energía y amor.
Es muy necesario unificar criterios, modelos, intención y mensaje para que estos consejos y enseñanzas se
instalen en la mente y el corazón a quien va dirigido.
Por eso es necesario que el
sistema de educación propicie el encuentro entre educador y padre, y no como
sucede en la actualidad, que muy pocos educadores y en especial directivos de
planteles, les interesa muy poco el educando, y si les interesa su comodidad y
tranquilidad, que les facilita un sistema que predica unión y unidad, y
realmente lo que ejemplifica es la división y el apartheid.
Ing. Vincenzo Fusco Sparacino (Papá)
PALABRAS CLAVES: EDUCAR, PADRES, FAMILIA,VIRTUD, NUCLEO, EDUCADOR, MAESTRO, HIJO, JOVEN, ENSEÑANZA, EJEMPLO
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