sábado, 7 de septiembre de 2013

Familias y Escuelas como Socios (*)


Me permito publicar este artículo, tal cual lo leí, ya que me parece importante, y si eres educador o padre preocupado por el éxito de tus alumnos o hijos, es muy una buena experiencia, para que pienses como puedes poner en práctica esta sociedad beneficiosa.

Familias y Escuelas como Socios (*)

Treinta años de investigación confirman que la participación familiar ejerce una poderosa influencia sobre el éxito del niño en la escuela (Eagle, 1989; Henderson & Berla, 1994; U.S. Department of Education, 1994; Ziegler, 1987). Cuando las familias se involucran en la educación de sus hijos, ellos obtienen mejores grados y calificaciones más altas en las pruebas, asisten a las escuela con mayor regularidad, cumplen más con sus tareas, demuestran mejor actitud y comportamiento, se gradúan con mayor frecuencia de la escuela secundaria, y tienen mayor tendencia a matricularse en la universidad, que aquellos estudiantes con familias menos involucradas. Es por esta razón una meta importante para las escuelas aumentar la participación de la familia en la educación de sus hijos, especialmente aquellas escuelas que presten servicios a estudiantes de bajos recursos económicos y con riesgo de fracasar.

Para que las familias trabajen en sociedad con las escuelas, éstas deberán proveerle las oportunidades y el respaldo necesario para lograr esta participación. Muchas veces la escuela espera que las familias lo hagan todo por su propia cuenta. El desarrollo de una eficiente sociedad con las familias requiere que todo el personal escolar (administración, maestros y personal de apoyo), cree un espacio escolar acogedor para los padres, y los incite a alzar su voz y formular preguntas, y a que participen apropiadamente en la toma de decisiones. El desarrollo de esta sociedad también requiere que el personal escolar provea información y entrenamiento necesarios para lograr esta participación, esforzándose por invitar a los padres a participar en la educación de sus hijos.

¿Cómo logran las escuelas exitosas involucrar a las familias?

Las escuelas que más han logrado involucrar a los padres y otros miembros de la familia en la facilitación del aprendizaje de sus hijos, miran más allá de las definiciones tradicionales de la participación – formar parte de las organizaciones de padres y maestros, o firmar reportes trimestrales - y tienen un concepto más amplio que incorpora a los padres como socios totales en la educación de sus hijos. En vez de esforzarse solamente por incrementar la participación en actividades basadas en la escuela, éstas buscan apoyar a las familias en aquellas actividades fuera de la escuela que inciten al aprendizaje del niño. Las escuelas que han desarrollado una exitosa sociedad con los padres, ven el logro estudiantil como una responsabilidad común, y todos los socios – padres, administradores, maestros, y líderes comunitarios – desempeñan un importante papel en el apoyo educacional del niño.
Una sociedad escuela-familia efectiva requiere una continua colaboración mutua, el apoyo y la participación del personal escolar y las familias, tanto en el hogar como en la escuela, en actividades que puedan afectar directamente el éxito del aprendizaje del niño. Si las familias van a trabajar con las escuelas como socios totales en la educación de sus hijos, las escuelas deberán proveer las oportunidades y el apoyo necesario para alcanzar el éxito. Los programas escolares y distritales que logran tener éxito, facilitan la comunicación padre-escuela y ayudan a los padres a apoyar el trabajo académico de sus hijos, tanto en la escuela como en el hogar. Algunos programas involucran a los padres en actividades de planeamiento y dirección escolar y como voluntarios. Algunos también proveen servicios coordinados no educacionales esenciales para que las familias apoyen el desarrollo académico de sus hijos.

¿Qué estrategias usan estas escuelas para superar los obstáculos comunes a la participación familiar?

• Superar las limitaciones de tiempo y recursos. Las familias y los miembros del personal escolar necesitan tener tiempo para conocerse entre sí, con el fin de construir una sociedad firme. También necesitan tiempo para planificar su trabajo conjunto y aumentar el aprendizaje del estudiante, y ejecutar sus planes. Los programas exitosos consiguen tiempo y recursos para que ambos socios, maestros y padres puedan desarrollar una sociedad escuela-familia.
• Proveer información y entrenamiento para los padres y el personal escolar. La falta de información y habilidad para comunicarse entre ellos, puede ocasionar el mal entendimiento y desconfianza entre los padres y el personal escolar. La iniciativa de abrir la brecha informativa entre los padres y las escuelas, está al centro de cada uno de los 20 programas estudiados en este Libro de Ideas. Los padres y el personal educativo en estos programas, están aprendiendo cómo confiarse entre ellos y trabajar juntos para ayudar a los niños a triunfar en la escuela, a través de talleres y una serie de actividades de mayor alcance, tales como boletines informativos, manuales, y visitas a domicilio.
• Reconstruir la estructura escolar para dar respaldo a la participación familiar. El desarrollo de una exitosa sociedad escuela-familia implica la total participación de la escuela y no de un sólo individuo o programa. La organización escolar y prácticas tradicionales, especialmente en las escuelas secundarias, a menudo disuaden a los familiares de participar. Las escuelas pueden efectuar cambios con el fin de crear un ambiente más acogedor y más atractivo para los padres, y lograr que ellos se incorporen y colaboren con el éxito de sus hijos. Cualquiera que fuesen los pasos tomados por la escuela para desarrollar su sociedad con las familias, aquellas que logran mayor éxito están preparadas para reconsiderar todos sus establecidos patrones de trabajo y construir nuevas estructuras menos jerárquicas, más personales y más accesibles a los padres.
• Superar las diferencias escuela-familia. Las diferencias de idiomas, culturas y habilidad educacional que separan a las familias del personal escolar, pueden todas éstas dificultar la comunicación y participación familiar en las actividades escolares. Estrategias enfocadas a estas diferencias incluyen un mayor alcance a los padres con poca educación formal, servicios bilingües que traten con los diferentes idiomas y faciliten la comunicación tanto oral como por escrito con la familia, respecto a los programas escolares y al progreso del niño, y la promoción del entendimiento entre culturas con el fin de acrecentar la confianza entre los padres y la escuela.
• Acudir al apoyo de entidades externas para desarrollar sociedades. Muchas escuelas Título I, han logrado beneficiar y reforzar sus sociedades acudiendo a entidades de apoyo disponibles en su comunidad local y más allá de ésta. La colaboración y el esfuerzo para proveer a las escuelas y familias con las herramientas necesarias para facilitar el aprendizaje pueden incluir, asociaciones con negocios locales, con servicios de salud y otras agencias comunitarias, con colegios y universidades, así como el apoyo del distrito escolar y del estado.

Guías para una Sociedad Efectiva

La experiencia de muchas escuelas y distritos nos llevan a observar algunas características comunes presentadas por exitosas sociedades escuela-familia. Las escuelas que han logrado involucrar a un gran número de padres y otros familiares en la educación de sus hijos, invierten su energía en hallar soluciones a los problemas, y no excusas. Las escuelas exitosas ven el logro del niño como una responsabilidad compartida, y todos los socios – padres, administradores, maestros y líderes comunitarios – desempeñan un papel importante en el respaldo del aprendizaje de los niños. Incluso, las escuelas exitosas adoptan un abordamiento de equipo, donde cada socio asume responsabilidades para el éxito de la sociedad familia-escuela.
A la vez que las sociedades exitosas comparten la responsabilidad, cada socio específico debe asumir su propia responsabilidad, para que la sociedad pueda funcionar. Sobre todo, las escuelas bajo la guía de los directores, poseen la responsabilidad primordial de iniciar estas sociedades. Las escuelas pueden invertir grandemente en el desarrollo profesional que respalde la participación familiar, dar tiempo para que el personal trabaje con los padres, proveer los recursos necesarios, diseñar estrategias innovadoras que cumplan con las necesidades de las diversas familias, y proveer información útil a las familias para que ellas aprendan a contribuir al aprendizaje de sus niños.
Una vez que las escuelas inicien el diálogo e incorporen a los padres como socios totales, las familias típicamente están dispuestas y listas para asumir igual responsabilidad para el éxito de sus hijos. Idealmente, esta sociedad ocurre dentro de un marco en donde las personas que elaboran las políticas, los grupos comunitarios, y los empleadores comparten las mismas metas de la escuela, contribuyendo activamente a su éxito. En resumen, una coalición de amplia base conformada por socios con una ideología común es la fundación de cualquier sociedad exitosa. Cuando los miembros de la comunidad trabajan en conjunto, todos los socios – y especialmente los niños – tienen asegurado el éxito.
Las estrategias efectivas para formar sociedades difieren de una comunidad a otra, y las más adecuadas para una comunidad en particular dependerán del interés, necesidades y recursos locales. Sin embargo, la innovación y la flexibilidad son siempre parte fundamental de cómo promover en forma exitosa la participación familiar en la educación de los hijos. Muchas escuelas mejoraron su potencial de innovación y flexibilidad cuando implementaron programas de alcance escolar. Su experiencia sugiere las siguientes guías para una exitosa sociedad:
• Las sociedades no pueden ser abordadas con una actitud “talla única.” Hay que partir de algo que funcione bien, comenzando la sociedad escuela-familia a través del trabajo en conjunto con la familia para identificar las fuerzas, intereses, y necesidades de las familias, los estudiantes, y el personal escolar, y diseñando estrategias que respondan a esas fuerzas, intereses y necesidades que hayan sido identificados.
• El entrenamiento y desarrollo del personal constituyen una inversión esencial. Hay que reforzar la sociedad escuela-familia con el desarrollo y entrenamiento profesional de todo el personal escolar, así como de los padres y otros miembros de familia. Tanto el personal como las familias necesitan conocimiento y habilidades que le permitan trabajar entre ellos y con la comunidad en general para apoyar el aprendizaje de sus hijos.
• La comunicación es la base fundamental de las sociedades efectivas. Elabore un plan de estrategias que satisfaga la variedad de necesidades que presenten las diferentes culturas e idiomas, estilos de vida y horarios de trabajo del personal y las familias. Incluso una sociedad escuela-familia con el mejor de los planes irá a fallar si no existe una eficaz comunicación entre los participantes.
• La flexibilidad y diversidad son elementos claves. Reconozca que la efectiva participación de los padres puede suceder en diferentes formas, las cuales no necesariamente requieren la presencia de los padres en los talleres, las reuniones o la escuela. El énfasis debe ser en ayudar a que los padres apoyen a sus niños para que ellos aprendan, y esto puede tomar lugar tanto en la escuela, como en el hogar o en cualquier otro lugar en la comunidad.
• Debe sacarse provecho de los entrenamientos, asistencia y fondos ofrecidos por fuentes fuera de la escuela para apoyar los proyectos. Estos pueden incluir los distritos escolares, las organizaciones comunitarias y las agencias públicas, colegios y universidades locales, agencias de educación estadales y los Centros Regionales de Asistencia Comprensiva (Comprehensive Regional Assistance Centers) patrocinados por ED. Mientras que los fondos para programas de Título I dan respaldo a las actividades de muchos de los programas aquí descritos para involucrar a los padres, muchos de ellos han logrado incrementar sus recursos para estas actividades, iendo más allá de la sede escolar.
• Los cambios toman tiempo. Reconozca que se requiere un continuo esfuerzo por un largo período de tiempo para desarrollar una exitosa sociedad escuela-familia, y que cada vez que se resuelve un problema a menudo surgen nuevos retos. Además, una sociedad exitosa requiere de la participación de muchos socios, y no sólo de algunos de ellos.
• Los proyectos deben evaluar periódicamente los efectos de la sociedad, empleando múltiples indicadores. Estos indicadores pueden evaluar la participación de las familias, del personal escolar y la comunidad, y su satisfacción con las actividades relacionadas a la escuela. También pueden incluirse mediciones de calidad de la interacción escuela-familia y del progreso educacional del estudiante.
A pesar de que sería imposible atribuir el aumento del éxito de los estudiantes u otros logros en las escuelas o distritos, sólo a las actividades de participación de los padres, sí aparenta ser cierto que muchas escuelas cuya meta primordial es involucrar a los padres, también ven mejoras en los logros de los estudiantes. Estos resultados positivos pueden ser debidos al propio aumento de participación de los padres, o, con mayor probabilidad, a una constelación de factores que incluyen un programa educacional sólido, y el compromiso por un alto estándar para todos los estudiantes. No obstante, es evidente que la fuerte participación de los padres es factor importante en muchas de las escuelas que logran elevar el nivel de éxito de sus estudiantes.
(*) Funkhouser, J.E. & Gonzales, M.R. (1997). Family Involvement in Children's Education: Successful Local Approaches. OERI, U.S. Dept. of Education. http://www.ed.gov/pubs/FamInvolve/execsumm.html

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